ASALTO AL TREN DEL DINERO.

             Bien en cajas tienen guardadas sus monedas quienes quieren aparentar «transparencia, objetividad e imparcialidad» para «Velar» y así mantener «la libertad, la justicia y la igualdad». Cuando por el contrario lo único que hacen es abusar del guante blanco y su cartera, de proveedores y clientes; conformándose así la Gran Caja. La Caja … Internacional, Mundial, Universal. La Visa Oro. La que tiene crédito, en cualquier lugar de este nuestro planeta. Del que Todos formamos parte.
                Y acaso es que… ¿¿¿no haríamos igual!??? Ahhh que No!??? ¿Aunque te costara… «la vida»??? Es decir, ¡Todo lo que tú quieres! Porque ¡Total!… ¡La Vida! ¿¡Qué ES!? ¿Tu Caja? ¿¡No!???. ¿¡O lo que contiene!? Es decir…¡¡¡Tus Monedas!!! Claro. Para tus hijos sobre todo, claro, claro. No para ti. Sobre todo. Es nuestro celo,  ¿¡herencia latina!?.  Es lo que quizás,  al menos  se nos podría ocurrir. Del Sacro Imperio. Aunque la Caja ya es internacional. Porque todo el mundo quiere formar parte de ella. Si pudiera. El esclavo que roba a su tirano. Y ya no para joder sino porque ansía para sí, que es lo peor. Así que, ¿¡Todos!? discuten al final que es lo que de la Gran Caja nos pertenece, a cada uno. Cuando eso sólo Uno es quien lo decide, al final. Por muchas Sentencias Firmes que se dicten.
                Cierto que…
… Las monedas son material fungible, como lo que da la tierra. Sin embargo, precisamente será por ello que creo que igualmente para la Tierra lo somos nosotros. Qué curioso que además el término «fungible» provenga del latino «fungi», que significa, no indistinto o indistinguible de su género, es decir, intercambiables, como nosotros parecemos también querer serlo al querer tanto parecernos en querer distinguirnos no sé a base bien aún de qué, pero que se caracteriza por ser consumible,  que no significa sino «gastar». Y que puede que sea paradójica y efectivamente en lo que se haya especializado el Ser Humano, por debilidad, después de que Dios, por ella misma, le hubiese sentenciado. Así que… ¿¡de dónde vienes y a dónde quieres ir a parar!? Y… ¿Verdaderamente… ¡Poder!!!.
(¡Llevar a tus hijos!!…………………………………………………………………………………………….. ¿A dónde?.)
«… Espinas y cardos te dará, mientras le pides las hortalizas que comes (AHORA). Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Porque eres polvo y al polvo volverás».»
·         Gen 3:16-19.
Cierto ES que… ES. Libertad, lo que ha de ganarse. Por eso ya he dicho siempre que es el mayor por mejor, Tesoro. Por eso el mejor guardado. El más custodiado. Dentro de cada Uno. Tanto antes. Como aún incluso más después. Porque, después, rajas los sacos de grano. ¡Y cerveza a granel! Para repartir. Ser generoso. Y sonríes libremente. Sabiendo quien es cada uno y lo que cada uno tiene. Así como…, lo que dejas, en la Tierra, a la que perteneces. Visa Oro sólo hay una. Por eso El Señor le otorgó al Ser Humano la capacidad de pensar, que no ha de estar reñida con el instinto de supervivencia, del ser humano, sino ¡todo lo contrario!, siendo éste el que, parece sin embargo ser el único ser capaz de haberlo perdido. Y desde un principio. Cuando al pensar, sólo piensa, en sí mismo. Incluso más, que en sus propios hijos. Porque de eso es capaz. Y tanto ya que lo he visto. Y por eso y sobre todo eso, escribo. Siendo egoísta. Lo confieso. Como consuelo. Y por eso y sobre todo, buscando el desahogo. Y fijar ideas. Por eso también me sienta tan bien hacerlo. Mientras tanto y después, también. Lo lea quien lo lea y piense cada uno lo que quiera. Ya que… soy generosa pero eso ¡va!, como por la magia de ¡los dioses!!!… rápidamente a la cuenta de cada uno. Así es el pensamiento. Y así que trabaja, sobre todo, tu tierra. El Sentimiento. No necesitas tanto acumular grano como aprender del curso de las aguas y las estaciones. No necesitas tanto comer, como beber. De eso ES de lo que se vive. Hasta que mueras, cuando mueras. Eso no importa.

Quieren que… ¡lo deje! 
Aún más claro: ¡Claro!!! que está TODO relacionado. 

Y claro que la pena es que el ¡Ser Humano! en su ¡capacidad!!!, de vanidad, no llegue nunca ni a imaginarlo.
También lo puedo decir de otra manera. Todos quieren y pueden ganar dinero. Y estampar incluso su cara en billeteras y monedas, de oro y plata. Pero el lingote. Es de quien encuentra su mina. Y la trabaja. Y es él quien en su tren lleva consigo, como cada uno, su carga. Algunos, hasta con joyas, preciadas. De Incalculable. Valor. Y otros, con carbón, porque creyeron que con eso, podían ganar dinero. Y a lo mejor algo hicieron. Y sólo a lo mejor. Porque seguro, que lo mejor que pudieron, no. Ya que eso es lo que también todos nos preguntamos al final, cuando ya nada más puedes hacer. Entonces vas y preguntas. Y ÉL, ¡claro!, que te responde: «¡Claro! que Tu caja ES TUYA. Tú sabes qué ES lo que hay en tu corazón. Tanto Tú como YO. Quieras o no. 
(No somos dioses aunque tengamos que tentarlo. Siempre. Y tarde o temprano.)

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